Cultiva tu Bienestar
Tendemos a pensar que cuidar el cuerpo ha de ser una tarea frenética y agotadora. Aquellos de nosotros que padecemos alguna lesión o enfermedad musculoesquelética tendemos a rechazar la idea mayoritaria de «ejercicio» o «deporte» porque sentimos que nuestro cuerpo ya no podría asumir tales exigencias.
Creo que una aproximación más sensata para nosotros sería pensar en cultivar un jardín. El jardinero ha de ser paciente y constante, y las plantas se desarrollarán imperceptiblemente al principio, pero si ponemos atención diaria en unos meses tendremos un jardín frondoso.
El desarrollo de los tejidos del cuerpo es paralelo al desarrollo de un jardín. Al fin y al cabo son células formando tejidos. Del mismo modo que las plantas necesitan unas condiciones óptimas para crecer (suelo fértil, sol y lluvia), nuestros tejidos musculoesqueléticos necesitan ciertos estímulos para sanar (movimiento saludable, nutrientes adecuados y descanso.).
Un poco de biología nos ayudará a entender el proceso y aumentará nuestras posibilidades de éxito. Existe un proceso celular llamado mecanotransducción : Al deformar una célula de nuestro cuerpo, el citoesqueleto que le da forma envía señales al núcleo celular para que se active de determinada manera el ADN y se produzcan proteínas. La célula le dice a su núcleo: “¡Estamos sometidos a esfuerzos!¡Hay que fortalecer este tejido!”
Por desgracia para nosotros (y por fortuna para nuestros antepasados) el proceso inverso también funciona. El cuerpo humano evolucionó pasando mucha hambre. Como decimos en mi tierra: “La fame ye negra”. En la naturaleza los nutrientes no están garantizados y todo ser vivo ahorra su energía con un cuidado exquisito (como habréis comprobado la última vez que os pusísteis a dieta). El resultado es que los tejidos que no se usan regularmente, se atrofian ( Se me viene a la mente el cerebro de algún político). Nuestras partes móviles, refinadas por la evolución para moverse frecuentemente todos los días, se debilitan lentamente con nuestros hábitos de vida sedentarios. Un ejemplo extremo de este proceso son los astronautas. Parten de la tierra como atletas preparadísimos, pero sometidos a un entorno sin gravedad, se debilitan muchísimo en unas pocas semanas.
Un método práctico para recuperar nuestros tejidos ha de tener en cuenta este proceso. Hemos de mover todos nuestros tejidos, con frecuencia diaria e intensidad moderada. Los estudios realizados sobre el tema dicen que el fortalecimiento óptimo se produce cuando el tejido se moviliza 3 veces al día, durante pocos minutos. Gradualmente, podremos aumentar la intensidad y duración del ejercicio.
Os dejo una primera propuesta. Intentad pasar menos tiempo sentados. Tomad nota mental, o mejor aún, poned una pegatina o un cartel en algún lugar visible donde paséis mucho tiempo sentados y levantaos con frecuencia. Lo que podáis hacer de pie, no lo hagáis sentados. Poco a poco y con constancia.
Continuaré compartiendo consejos prácticos para la salud regularmente. Si os ha parecido útil, haced click al «me gusta». Si conocéis a alguien que pueda venirle bien, compartid.¡La semana que viene más! Un cordial saludo. (Imagen por Nikitabuida).
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Siempre interesante, muchas gracias.
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